martes, junio 26, 2012

Tercera llamada : María Teresa Jardí

Tercera llamada 
María Teresa Jardí

A unos pocos días de la elección en la que nos jugamos los mexicanos el futuro, estos días que faltan podrían iniciar con la tercera llamada para los ciudadanos que todavía no deciden si van a votar o a anular o, con la depresión que es forma de vida impuesta en nuestro país para la inmensa mayoría, ni siquiera se piensan levantar de la cama el próximo 1 de julio.
Los definidos iremos a votar el próximo domingo. Por el cambio la inmensa mayoría. Por el continuismo la minoría favorecida por la corrupción impune de la clase enriquecida. A la que se sumarán los traidores de siempre encabezados por la Gordillo y los que forman parte del Verde.
Pero esos no son el peligro para la mayoría ciudadana que ha decidido el voto a favor de AMLO, porque salta a la vista que sin cambio no existe para los mexicanos futuro posible. 


El peligro son las clases medias privilegiadas con buenos sueldos y pingües ganancias como el pago que reciben en el ejercicio de sus profesiones liberales que se siguen creyendo lo de que AMLO es “un peligro y el regreso al populismo”. El peligro son los que frente al miedo de perder lo ganado o el salario devengando —que van a perder si no se da un cambio— ven en el regreso del PRI la estabilidad que piensan que no debió nunca perderse votando, como hicieron también ellos, por el PAN en aras de iniciar el cambio a la construcción de una democracia.
No es que estén del todo a favor de las masacres cometidas por Calderón. Aunque algunos de entre ellos igual prefieren creerse lo de que “son ajustes entre los que en algo andaban”, porque es la forma de no pensar en aquello de que cualquiera puede convertirse en daños colaterales.
Leo y releo, por estos días, a Arturo Pérez Reverte, porque inicié comprando, como regalo para un familiar, los libros de su biblioteca completa, que venden en los puestos de diarios desde hace unos meses. Y justo tomo al azar de entre ellos el de “Un día de Cólera”, donde se narran los hechos del 2 de mayo de 1808 en Madrid protagonizados por muchos hombres y mujeres que salieron a defender a España de la invasión francesa.
Y al inicio del libro encuentro tres citas con la explicación de lo que creo que puede suceder aquí el próximo domingo.
José a su hermano Napoleón Bonaparte en una carta le informa: “Tengo por enemigo a una nación de doce millones de almas, enfurecidas hasta lo indecible. Todo lo que aquí se hizo fue odioso. No, Sire. Estáis en un error. Vuestra gloria se hundirá en España”.
Y así fue. El fin de Napoleón inició en España y lo odioso que dice que se hizo fue una matanza. El mismo hundimiento, salvadas todas las diferencias, del PAN ahogado en la sangre derramada de pobres por Felipe Calderón.
Mientras que Ángel Ganivet, en “Granada la bella”, sobre el mismo evento, señala:
“Los que dieron la cara no fueron en verdad los doctos. Ésos pasaron todo el sarampión napoleónico, y en nombre de las ideas nuevas se hubieran dejado rapar como quintos e imponer el uniforme imperial. Los que salvaron a España fueron los ignorantes, los que no sabían leer ni escribir... El único papel decoroso que España ha representado en la política europea lo ha representado ese pueblo ignorante que un artista tan ignorante y genial como él, Goya, simbolizó en aquel hombre o fiera que con los brazos abiertos, el pecho salido, desafiando con los ojos, ruge delante de la balas que lo asedian”.
Salgamos como ese pueblo, del que también, junto con las naciones indígenas, se forma el mestizaje mexicano. Salgamos “en masa como un hombre de honor” como el propio Napoleón consignó que hicieron los españoles en su Memorial de Santa Helena, citado por Les Cases, copiado por mí del mismo lugar que las citas anteriores y ya compartido en una colaboración anterior con ustedes. Salgamos a votar por AMLO el próximo domingo dándole a México la posibilidad de cambiar la historia para él decidida por otro imperio, el yanqui, que también ya es hora de que caiga.

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